¿Qué es el Agile Coaching?

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11 de marzo de 2021

Cómo dicen los Barranquilleros con respecto al Carnaval de Barranquilla "Quien lo vive es quien lo goza". Lo mismo me pasó con el coaching, pues muchas cosas en la vida sólo se llegan a entender cuando las experimentamos y una de esas cosas es una conversación de coaching, teniendo en cuenta que como es una conversación, tiene dos caras de la moneda, la del coach y la del coachee (persona que recibe el acompañamiento del coach).

Hace un par de meses terminé mi proceso de certificación como Agile Coach con Martin Alaimo, un proceso en el cual aprendí muchísimo logrando una transformación de la cual me siento muy orgullosa. Antes de esto, y por la moda que ha tomado la palabra coaching, tenía un concepto muy equivocado del papel de un coach e incluso tenía una percepción muy subestimada con respecto a lo que debía conocer y las habilidades que debía tener un coach para hacer bien su trabajo.

Me decía a mi misma: “Con tantos años de experiencia que tengo yo no necesito un entrenamiento para ser coach, al fin y al cabo, ser coach es simplemente acompañar y aconsejar a otra persona desde lo que he vivido.” ¡Qué tan equivocada estaba! Es como suponer que cualquier jugador de fútbol, por más bueno que sea en la cancha o la cantidad de años que lleve jugando, pueda tener las habilidades para ser coach o entrenador de un equipo.

¿Cuál es el rol del coach?

¿Cuál es el rol del coach?

Trataré de explicar qué es una sesión de coaching y el rol del coach por medio de la siguiente analogía.

Imaginemos que tenemos una nave que nos puede llevar desde un lugar actual a un lugar deseado. Antes de subirnos a la nave, es vital conocer cuál es nuestro punto de partida, pues no siempre lo tenemos tan claro debido a nuestro ego, falta de conocimiento, miedos, paradigmas y otras cosas que no nos dejan ver la realidad, por lo que, la primera misión del coach es escucharnos y ayudarnos a ser conscientes de nuestra situación actual. Un coach es capaz de llevarnos a un auto-descubrimiento para que podamos ver más allá de lo que tenemos a simple vista.

Una vez sabemos dónde estamos y antes de arrancar motores, debemos definir a dónde queremos llegar en términos de una declaración precisa, ya que la ambigüedad en este punto nos puede llevar a perdernos en el camino, por lo que la compañía de un coach que nos escuche y nos ayude a enfocarnos es clave en esta instancia.

El coaching es una disciplina que parte del hecho que todos tenemos las capacidades, competencias, habilidades y conocimientos para definir a dónde queremos ir, descubrir el camino y manejar nuestra propia nave por lo que el coach no tiene el papel de mentoring ni de consultor, no nos va a decir cual es el camino que debemos seguir, ni nos va a dar consejos ni recomendaciones. Tampoco está para transferir algún conocimiento o enseñarnos algo. No es una sesión de capacitación ni de entrenamiento.

¿Entonces qué hace el coach? Es alguien que por medio de su capacidad de escucha, observación e indagación, nos desafía, nos invita a eliminar el piloto automático con el que a veces manejamos nuestra vida, nos lleva a reflexionar sobre lo que pensamos y decimos, nos hace definir objetivos, buscar opciones que no hayamos tenido en cuenta, nos desafía sobre nuestras creencias y paradigmas, y así nos ayuda a descubrir ese camino que nos acerca a esa mejor versión de nosotros, en la cual logramos resolver aquel dilema que teníamos en el punto de partida.

La sesión de coaching es esa nave que tenemos y que nos irá acercando a nuestro objetivo, nos lleva a un punto intermedio, cerrando la brecha que hay entre el punto de partida y nuestro sueño. Quien pilotea y tiene todo el control de la nave somos nosotros, el coach es nuestro co-piloto.

Una primera sesión de coaching nos abre el panorama, nos hace entender que las respuestas y soluciones las tenemos nosotros mismos, que nosotros somos los únicos responsables de lo que nos sucede o nos deja de suceder, sin embargo, necesitamos de esa voz externa que nos haga ver esa realidad y no nos deje desviar, qué está ahí también para animarnos, para recordamos que somos nosotros los pilotos de nuestro destino.

El coach es esa voz externa sin embargo, el éxito de una conversación de coaching recae en nosotros como coachee, en que tan abiertos estemos.

Así como el coaching difiere de otras disciplinas como el mentoring, entrenamiento, capacitación y consultoría, también difiere de la psicología ya que esa nave que decidimos pilotear, no tiene reversa, siempre viaja hacia delante, acercándonos a nuestro objetivo es decir, no viaja al pasado.

¿Qué quiere decir eso? que el coaching no es una terapia psicológica, ya que la psicología se basa en estudiar el pasado para entender el presente mientras que el coaching siempre se basa en el presente para que descubramos cómo podemos llegar al futuro deseado. Sin embargo, la nave si tiene un espejo retrovisor para que podamos tomar información del pasado que nos ayude en el descubrimiento de opciones o caminos a seguir.

La relación entre el coach y el coachee debe ser de mutua confianza, por lo que el establecimiento de un acuerdo es vital. Este acuerdo consiste en entender hasta dónde va la responsabilidad de cada uno, que se quiere lograr con la relación y con cada una de las sesiones y cómo se medirá el logro de estos objetivos. Esta relación, como todas, se construye con el tiempo, con colaboración y respeto de ambas partes.

Así mismo, el coach entiende que su papel es de co-piloto, que quien tiene el control de la nave es el coachee y que por lo tanto, debe respetar sus tiempos, sus agendas, sus objetivos y sus decisiones sin emitir juicios de valor.

¿Cuándo es útil una sesión de coaching para una persona o equipo?

Una sesión de coaching es útil cuando se tiene un dilema, es decir, algo que nos está inquietando, que no nos deja dormir tranquilos. Puede ser algo que queramos cambiar, algo que queramos dejar de hacer o empezar a hacer y no sabemos cómo, algo que queramos lograr y aún no hemos encontrado la forma de hacerlo, algo que queremos solucionar porque es un impedimento que no nos está dejando lograr nuestros objetivos o simplemente algo que queremos hacer mejor, porque siempre habrá una forma de hacer mejor las cosas.

Lo primero que tuve que aprender en mi camino hacia el Agile Coach, es aprender a ser un coachee, es decir, aquella persona que acepta la guía de un coach. Aprendí que solo sana el sanador sanado. Recuerdo que en mi primera sesión de coaching como coachee pensé “No tengo nada que solucionar, nada me inquieta, nada me preocupa, estoy bien, por lo que no necesito que alguien venga a decirme que hacer”.

Estaba muy lejos de la realidad pues gracias a esas sesiones empecé a entender que siempre habrá situaciones, algo que podemos mejorar, y que es importante definir objetivos, tener claro hacia dónde queremos llegar y que es bueno tener compañía para que podamos ver que debemos hacer o dejar de hacer para avanzar hacia nuestros sueños.

Tener otra perspectiva, otros ojos y es que estar dispuestos a buscar apoyo y compañía en otra persona no nos hace más pequeños, sino al contrario nos hace más fuertes.

 

El coaching en el mundo del agilismo

El coaching en el mundo del agilismo

Dentro del mundo del agilismo, el coaching es una mezcla de diferentes disciplinas, siendo la de mayor peso el coaching como tal, es decir, que un agile coach debe tener la formación como coach por encima de todo, tanto a nivel individual como de equipos.

Sin embargo, un agile coach, también es un consultor ya que debe tener un conocimiento avanzado y suficiente experiencia en agilidad, para asegurar que su cliente se mantiene dentro de los valores y principios de ésta. Así mismo,  es un gran facilitador de equipos ágiles, tiene habilidades para la formación y el mentoring y sabe diferenciar claramente entre todas estas disciplinas para aplicarlas en los momentos justos.

En resumen, si lo vemos con porcentajes, en teoría, un agile coach es un 70% coach, sobre todo enfocado en el coach de equipos, 10% consultor para marcar límites, 10% mentoring para formar nuevos coaches, scrum masters y/o facilitadores de equipos ágiles, un 5% formador para transmitir conocimientos en casos puntuales y 5% facilitación para realizar dinámicas en su rol de mentoring.

Escribí esta entrada con el propósito de disculparme de alguna forma por haber demeritado en el pasado el entrenamiento y formación que se debe tener para lograr ser un agile coach. Como dije al principio, sólo el que lo vive es quien lo goza, y en este caso aplica tanto para el coach como el coachee.

No hay palabras que puedan describir lo que se siente, hay que experimentarlo en carne propia. Yo soy un agile coach principiante, aún me falta mucho por aprender pero ya aprendí que siempre seré un aprendiz del agilismo, del arte de ser coach y de la vida en general porque esa es la clave de nuestro existir, seguir aprendiendo día a día, por eso espero seguir disfrutando tanto de ser agile coach como de ser coachee.

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