Más allá de responder las típicas preguntas de una reunión: ¿qué hice ayer?, ¿qué voy a hacer mañana?, ¿qué impedimentos tengo?, el verdadero valor de una reunión diaria en el contexto de la metodología Scrum, parte de la base de entender por qué hacemos ese encuentro, qué nos debería motivar como miembros de un equipo ágil a desarrollar las disciplinas y los hábitos para llevar a cabo esta reunión de forma exitosa.
Aunque podríamos buscar (y encontrar) su génesis en las etapas tempranas del proyecto, en las que se determina y se comparte la visión del producto, creo que es mejor situarnos en el inicio del sprint, en la reunión de planeación, en la que el dueño del producto debe compartir con el resto del equipo algo fundamental: el objetivo, que debería estar alineado con la visión, ¿o no?
Sin tener un objetivo claro, independientemente de la cantidad de ítems de backlog e incluso de las tareas que se hayan definido, cualquier reunión carecería de sentido.
El propósito de la reunión diaria, más que seguir una técnica estructurada, es propiciar las conversaciones adecuadas que le permitan al equipo de desarrollo orientarse hacia el logro del objetivo del sprint.
En este punto, las preguntas básicas que propician esta conversación del equipo, y para el equipo, podrían ser las siguientes: ¿qué hice ayer y qué voy a hacer hoy para ayudar a mi equipo a lograr el objetivo del sprint? Y, finalmente, ¿qué impedimentos tengo que no me permiten ayudar a mi equipo a lograrlo?
Las respuestas a estas preguntas nos darán una retroalimentación muy valiosa, lo que nos permitirá tomar decisiones en el corto plazo y adaptarnos a los cambios que vayan surgiendo a lo largo del sprint.
Cuando el motivo está claro, entonces es más probable que surja de manera natural la motivación que cada uno necesita para ofrecer su ayuda y pedir el soporte necesario con el fin de contribuir al logro del objetivo.
Teniendo claro el propósito de esta reunión, ya el equipo, con el apoyo de su scrum máster, puede ir desarrollando las disciplinas que ayudan a que sea efectiva.
Recordemos, pues, algunas de las cosas que se recomiendan para desarrollarlas: esta es una reunión de pie, que no debe durar más de 15 minutos y que se debe llevar a cabo todos los días de desarrollo del sprint, en el mismo lugar, a la misma hora y con todos los miembros del equipo de desarrollo.
Por eso, siempre tengamos en cuenta que, si no tenemos claro el valor que vamos a generar, ni la reunión diaria ni ninguna otra reunión podrán ser valiosas ni tendrán sentido.
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