GRIT, el poder de la pasión y la perseverancia
“Lo más importante para tener éxito y ser feliz no es el talento…” (Duckworth, 2016)
Es esencial seguir adelante después de fracasar. Hay algunas personas que rinden de maravilla mientras todo les va bien, pero se desmoronan en cuanto las cosas se ponen difíciles. Justamente de eso nos habla Angela Duckworth en su libro GRIT.
Según la autora, la perseverancia es una de las claves fundamentales para alcanzar el éxito. Incluso esta podría superar la falta de habilidades que alguno pueda tener en un determinado campo de acción.
Generalmente, los triunfadores son afortunados y talentosos; sin embargo, la actitud de no rendirse jamás y perseverar ante un reto es lo que permite llegar a la meta final.
Por ende, los triunfadores terminan convirtiéndose en la perseverancia personificada: ellos poseen una pasión que nunca se apaga y están dispuestos a llegar al final a cualquier precio, así el camino pueda ser tedioso o frustrante.
En diferentes estudios realizados se ha demostrado que la combinación de pasión y perseverancia era lo que distinguía a los grandes triunfadores: estas dos cualidades combinadas son el GRIT. Esto permitió a la autora del libro seguir realizando estudios basados en una simple conclusión: nuestro potencial es una cosa; lo que decidimos hacer con él es otra.
Deslumbrados por el talento
En ocasiones consideramos que el talento está por encima del esfuerzo. Valoramos más a una persona que tiene un talento nato (entendiendo por talento como aquella suma de dotes intrínsecos, aptitudes, actitudes, habilidades, conocimientos, experiencias) considerando que por este factor podrá ser mucho más potente o tendrá un mejor desempeño, y dejamos en un segundo plano aquellos que, si bien no tienen de manera natural el talento, se han esforzado más toda su vida por poder desarrollar y perfeccionar una habilidad.
Cuando hablamos de que una persona no tiene un talento nato pero que se esfuerza por desarrollar una habilidad, esto trae consigo horas de trabajo, pasión, disciplina, constancia y perseverancia por querer cada día mejorar esa habilidad para adquirir grandes logros. Es ahí cuando nos cuestionamos si es mejor una persona inteligente o una persona diligente con tesón y pasión por lo que hace. Ninguna de las dos es buena o mala, pero sí es notorio a la hora de tomar decisiones esta preferencia o inclinación por el talento más que por el esfuerzo.
En el libro, la autora nos da un ejemplo en el cual siempre el ser humano tiende a orientarse por aquel músico que nació con un talento nato por tocar el violín, en lugar de destacar a aquel que si bien no nació con el talento ha trabajado y se ha esforzado toda su vida por perfeccionar la técnica, ha dedicado horas y horas a esta labor, lo que le ha permitido ganar mucha más experiencia y aprender técnicas que de pronto aquel que tiene el talento nato no ha descubierto.
Hay que tener en cuenta que la ética en el trabajo será más importante al final del día que la misma inteligencia. Cuando le damos mucha importancia al talento estamos dejando de lado todo lo demás incluyendo el Grit, es como si consideráramos que talento es sinónimo de logro.
El esfuerzo cuenta el doble
El esfuerzo al final del día contará el doble, hay que tener en cuenta tal como lo menciona Dan Chambliss en su estudio sobre la “mundanidad de la excelencia” <<Un rendimiento prodigioso se debe en realidad a la confluencia de un montón de pequeñas habilidades o actividades adquiridas o descubiertas que se han estado practicando hasta convertirse en hábitos y transformarse más tarde en un todo sintetizado. Ninguna de esas acciones tienen nada de extraordinario ni de sobrehumano, lo único es que al ejecutarlas correctamente de manera sistemática generan la excelencia, un alto nivel de rendimiento es en realidad la suma de actos cotidianos>>. Es así como la autora nos propone lo siguiente:
Talento x esfuerzo = Habilidad
Habilidad x esfuerzo = Logros
De acuerdo a esto, para obtener logros, no es necesario solo tener talento el cual se obtiene de manera natural, si no que se hace necesario esforzarse por perfeccionarlo para así poder desarrollar una habilidad, luego si cogemos esa habilidad y nos seguimos esforzando por desarrollarla, vamos a tener como resultado grandes logros.
Como lo dice la autora <<sin esfuerzo, el talento no es más que nuestro potencial sin manifestarse. Sin esfuerzo, nuestra habilidad no es más que lo que podríamos haber hecho y no lo hemos hecho. A base de esfuerzo, el talento se convierte en habilidad y al mismo tiempo, el esfuerzo hace que esta se vuelva productiva>>.
¿Cuánto grit tienes? ¿Cuán apasionado y perseverante eres? - El grit se desarrolla
Es importante entender que el grit tiene dos componentes importantes, la pasión y la perseverancia, aunque éstos no signifiquen exactamente lo mismo.
Hablar de pasión puede sonar un poco extraño, la palabra pasión suele usarse para describir emociones intensas, incluso para muchas personas pasión es sinónimo de encaprichamiento u obsesión. Sin embargo, en entrevistas realizadas a algunos de los grandes triunfadores, ellos hablan de una distinta clase de compromiso como la clave del éxito. En vez de la intensidad, lo que ellos mencionan es la idea de la constancia con el paso del tiempo.
Pensar en pasión es pensar en ¿hasta qué punto sigues con tus objetivos con el paso del tiempo?. Surge también la siguiente pregunta ¿Es pasión la palabra correcta para describir una dedicación constante y duradera? Tal vez algunos opinen que se debería usar una palabra que mejor la defina, pero más que la palabra lo que realmente importa es la idea en sí misma, el entusiasmo es común, en cambio, el aguante es inusual.
Es posible que el grit esté ligado a la manera en la que maduramos con el paso de los años, se desarrolla a medida que descubrimos nuestra filosofía de vida y aprendemos a diferenciar las metas que debemos abandonar, de las que requieren una mayor tenacidad para conseguirlas.
No hay nada malo en tener pensamientos que te alienten a abandonar lo que te habías propuesto antes de lograrlo, los modelos del grit también renuncian a metas, sin embargo, cuanto más alto sea el nivel de la meta, con más empeño intentaremos alcanzarla.
Existen cuatro cualidades psicológicas que los modelos consumados del grit tienen en común, estas nos ayudan a contrarrestar esos pensamientos desalentadores que nos incitan a abandonar nuestros objetivos.
Estas cuatro cualidades psicológicas son: el interés, la práctica, el propósito y la esperanza, no son dones que tengamos o no, sino que podemos aprender a descubrir, desarrollar y profundizar nuestros intereses. Debemos adquirir el hábito de la disciplina, cultivar la sensación de tener un propósito en la vida y también aprender a tener esperanzas. En conclusión, sí podemos desarrollar el grit desde adentro.
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