Scrum: también se aplica a la salud y a la política

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19 de marzo de 2019

Clínicas innovadoras empezaron a usar metodologías ágiles para salvar la vida de sus pacientes de una manera más estratégica. Es el caso de la clínica de salud mental, Monash Health, en Melbourne (Australia), donde en 2017, los médicos adoptaron prácticas ágiles para enfrentar enfermedades complejas.

Este es uno de los ejemplos que resalta el estudio State of Scrum (2017-2018), al revelar que la metodología ágil está tomando fuerza en la educación y la salud, sectores que quieren ofrecer productos y servicios de calidad.

Melissa Casey, directora de psicología de Monash Health,  le dijo a los investigadores del estudio que desde que adoptaron prácticas ágiles, hay una mejora del 46 por ciento en las medidas de atención, en la satisfacción laboral y en la tasa de enfermedades con licencias. 

La clínica mental también mejoró sus sistemas de Tecnología de la Información (TI), proporcionó servicios más rápidos y eficientes sin comprometer la calidad; además ofrece atención inmediata en la urgencia, el diagnóstico, el tratamiento y la recuperación de sus pacientes.

La estrategia es clasificar a los médicos y psicólogos, después de cada sesión con pacientes complejos, para usar en tiempo real la retroalimentación como una oportunidad para aprender, mejorar y brindar servicios a la medida de cada persona.

En estas clínicas ágiles, las interacciones son valoradas más que los procesos. Hay un intercambio equitativo entre clientes, médicos y psicólogos. Tanto los médicos como los pacientes se adaptan al cambio en lugar de adherirse a protocolos rígidos. El resultado: desarrollo ágil, ahorro de tiempo, mejor atención y más calidad en los procedimientos.

Cuando hablamos de Scrum, pensamos en aplicarlo sólo en el sector financiero y tecnológico, porque la mayoría de información de Internet nos habla de aplicaciones móviles para la banca, pero hay poca literatura de Scrum, aplicado a otros  sectores.

Desde los años 90, este marco de trabajo se usa para desarrollar software, hardware, redes de funciones interactivas, vehículos autónomos; escuelas, gobiernos, mercadeo y para gestionar la operación de organizaciones, tal y como lo explican los autores Ken Schwaber y Jeff Sutherland en la Guía de Scrum.

Si bien, el manifiesto ágil se ajusta a desarrollo de software, Scrum también se puede aplicar a la política, un sector de incertidumbre, inestabilidad y de constantes cambios. Por ello, el equipo de campaña de Barack Obama usó metodologías ágiles para lograr su reelección a la presidencia de Estados Unidos, en 2012.  

Scrum en la política

La estrategia del político demócrata, que se enfrentaba al republicano Mitt Romney, era ver resultados para hacer ajustes rápidos, a través de redes sociales. 

El equipo de campaña analizó por varios meses a los votantes de los estados claves en las elecciones y creó una base de datos a través de redes sociales para identificar a los indecisos y hacer una campaña centrada en ellos.

El equipo Scrum, conformado por matemáticos, programadores y expertos en Internet, medía grandes volúmenes de datos y analizaba resultados para ajustar su ruta de forma ágil, lo que permitió diseñar una mejor estrategia en tiempo real y tener una amplia participación ciudadana.

A través de Big Data y desarrollo ágil se identificaron los intereses de los posibles electores y se pautó en  las series de televisión que eran de su interés y se creó todo un universo Transmedia para que hubiese engagement, así como participación e interacción de los ciudadanos.

Scrum le da valor a las empresas 

State of Scrum muestra que las compañías que buscan innovar, implementan marcos ágiles para crear mejores productos, servicios y experiencias que le brinden valor a los usuarios.

“Scrum mejora directamente los resultados financieros e impulsa la cultura de trabajo, la satisfacción del consumidor, la lealtad del cliente y la entrega de mejores productos y servicios a lo largo del camino”, resalta este análisis. 

Cifras clave del estudio State of Scrum

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El estudio muestra que cuando se trata de elegir Scrum para un proyecto, el 71 por ciento coincide con que su mayor prioridad es la entrega de valor al cliente; seguido de flexibilidad y capacidad de respuesta; mejora del diseño y  cultura organizacional.

Si bien, las organizaciones eligen Scrum para entregar más valor para el cliente, también lo escogen para dar mayor bienestar a sus empleados. Precisamente, las empresas que participaron en el estudio aseguraron que la calidad de la vida laboral mejoró un 85 por ciento. 

Scrum tiene una gran ventaja, le da a las organizaciones la capacidad de responder a los cambios y de reinventarse, ayuda a reducir riesgos, a tomar mejores decisiones y trabajar con equipos ágiles.

El origen de Scrum es el rugby, donde los jugadores se amontonan juntos para reiniciar el juego. De hecho, los escritores Schwaber y Sutherland utilizaron un enfoque similar a este deporte  en sus empresas. 

Al igual que en una cancha de juego, los integrantes de un equipo de marcos ágiles, identifican los obstáculos, evalúan su desempeño y dan ideas para mejorar. Tanto en rugby como en una organización se necesita un buen trabajo en equipo, así como disciplina y unidad.

Conoce la guía funcional de Scrum

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