Infraestructura tecnológica: ¿qué modelo elegir?
En las discusiones sobre infraestructura tecnológica, es bastante común encontrar una preocupación creciente por el destino que tendrá la infraestructura física en el futuro, sobre todo considerando que la computación en la nube gana cada vez más fuerza. Sin embargo, antes de hablar sobre estas consecuencias o de decidir entre un modelo u otro, es importante entender muy bien sus definiciones y diferencias.
¿Qué son infraestructura tecnológica on-premise y computación en la nube?
Infraestructura tecnológica on-premise
Dentro de los tipos de infraestructura tecnológica, se encuentra la infraestructura física o también conocida como infraestructura on-premise. Esta hace referencia al conjunto de dispositivos necesarios para soportar los servicios tecnológicos que están instalados físicamente en una empresa.
La infraestructura tecnológica on-premise se compone de servidores, cableado, dispositivos de almacenamiento, nodos de virtualización, dispositivos de red y seguridad, entre otros.
Estos dispositivos son el canal de comunicación principal de las empresas, tanto en el interior de ellas como en la Internet, y son comunes a diferente escala, tanto para empresas que consumen servicios de cloud computing como para las que aún no lo hacen.
Además, los componentes de la infraestructura tecnológica on-premise suelen estar resguardados en un cuarto con temperatura controlada y acceso restringido, llamado centro de datos o datacenter en inglés.
Infraestructura tecnológica en la nube
La infraestructura tecnológica en la nube se compone de un conjunto de datacenters interconectados entre ellos y hacia Internet.
Las soluciones de infraestructura en la nube están ubicadas en las instalaciones de un proveedor externo en algún lugar del mundo.
Los recursos de infraestructura tecnológica que ofrece el proveedor de nube se exponen en Internet para ser consumidos como servicios. El proveedor es el encargado de administrar los recursos y el espacio físico donde están instalados.
Sin embargo, existen diferentes modelos de servicio de computación la nube según el grado de responsabilidad que asume el proveedor sobre la plataforma.
¿Cuáles son las diferencias de los tipos de infraestructura tecnológica?
- Latencia
Ahora, hablando de las diferencias entre los dos modelos de infraestructura tecnológica, la primera de ellas es la latencia. Esta se define como el tiempo que se tarda un paquete de información en viajar entre dos puntos. La latencia depende de la distancia geográfica entre los dos puntos y de la velocidad de la conexión entre ellos.
Imaginemos, por ejemplo, que desde una empresa se está intentando descargar una imagen que está almacenada al mismo tiempo en un servidor en la nube y en un servidor que está en el datacenter local de la empresa. Quien esté descargando la imagen percibirá una velocidad de respuesta casi inmediata desde sus servidores, donde la latencia de sus conexiones puede ser inferior a un milisegundo, en comparación con el consumo de recursos a través de Internet, cuya latencia usualmente es superior a diez milisegundos. Impresionante, ¿cierto?
Pero pensemos en un caso más dramático: ¿qué tal si fallan uno o varios discos duros del servidor local donde está almacenada esa imagen?, ¿crees que sería posible reemplazarlos y recuperar su información en minutos? En este caso, la respuesta sería no, pues una falla de este tipo podría ser catastrófica e implicaría la pérdida total de la información.
El panorama es completamente diferente cuando hablamos de infraestructura en la nube, dado que el servicio de almacenamiento se puede configurar para ser replicado en múltiples ubicaciones geográficas.
Además de la versatilidad, la elasticidad y la facilidad de aprovisionamiento de la nube, esta nos permiten cambiar discos, servidores e incluso contar con infraestructuras completas en minutos, lo que da una mayor tolerancia a fallos.
Así, vemos que, aunque ambos tipos de infraestructuras tecnológicas basan su operación en datacenters físicos, no son iguales.
En este sentido, las ventajas de la computación en la nube son superiores a las de la infraestructura tecnológica on-premise. La nube cuenta con una mayor tolerancia a fallos, alta disponibilidad y facilidad. Sin embargo, encontramos una mayor velocidad y capacidad de gobierno en la infraestructura física local.
Por otro lado, la velocidad de conexión y la disponibilidad de nuestro canal de Internet es una parte fundamental para el trabajo con recursos en la nube, algo que no afecta de la misma manera a la infraestructura local; sin embargo, esta se ve afectada por la disponibilidad del suministro eléctrico o un posible desastre natural.
- Seguridad
En términos de seguridad, en el mercado de tecnología se tiene una inclinación más fuerte hacia la infraestructura física, pues se cree que tener el control de los dispositivos evita vulnerabilidades de seguridad. Sin embargo, esto demandaría un trabajo de ingeniería muy detallado, que no todas las empresas están en la capacidad de asumir.
Se piensa, además, que la computación en la nube es insegura, dado que no conocemos la ubicación geográfica exacta de la información.
En realidad, la computación en la nube ha evolucionado mucho a través del tiempo. Hoy en día los proveedores de nube se han ocupado en gran parte de estos aspectos de seguridad, estableciendo un modelo de responsabilidad compartida. Mientras el proveedor de nube garantiza la seguridad de todos los recursos tecnológicos, el usuario es responsable únicamente de garantizar la seguridad de las aplicaciones que despliegue en la nube.
- Costos
Respecto a los costos, en el mercado de infraestructura tecnológica, se piensa que la nube es más costosa que la física; pero generalmente este no es el caso. A diferencia de la infraestructura física, la nube no requiere una inversión inicial, pues el modelo de cobro es por consumo.
Por otro lado, cuando se invierte en infraestructura física hay múltiples variables adicionales que se deben considerar, como el cobro por suministro eléctrico, el costo asociado al control de temperatura en los centros de datos, la depreciación de los equipos, los impuestos asociados a estos dispositivos, entre otros.
Y, finalmente, es importante considerar que en la nube es posible rastrear detalladamente el consumo de los recursos, de manera que se puedan optimizar constantemente.
¿Entonces qué infraestructura tecnológica elegir?
Considero que incluir las variables que hemos explicado nos ayuda a tener una visión más clara de cuál es la infraestructura tecnológica ideal para que se adapte más a nuestras necesidades. Además, esto permite plantearnos posibles escenarios donde podamos aprovechar los beneficios de ambos modelos de infraestructura tecnológica para ofrecer soluciones mucho más eficaces.
Finalmente, con respecto a la pregunta habitual sobre cuál es la infraestructura tecnológica ideal para mi empresa, pienso que la respuesta va a depender de las particularidades de cada compañía. Es necesario hacer análisis de ingeniería detallados, de experimentar y aplicar, de implementar y probar, de ensayar y equivocarse para recibir retroalimentación constante en la práctica.
Además, debemos tener claro que el mercado de tecnología es muy cambiante y no debemos tener miedo de apuntar hacia una nueva dirección o de utilizar nuevas herramientas en nuestro camino, pues ellas están diseñadas con el propósito de simplificar los procesos y darles más valor a nuestros productos y servicios.
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