Una vez tengamos redactadas todas las historias de usuario correspondientes al proyecto y cuando el cliente ya esté satisfecho, pasamos a un proceso conocido como priorización de historias.
En dicho paso, el product owner inicia una discusión sobre qué historias le añaden un valor más inmediato al proyecto. De esta forma deciden cuáles historias deben llevarse a cabo antes que otras. Así, tenemos las historias redactadas y priorizadas.
Ahora haremos una pausa en el proceso para hablar de otro elemento importante antes de analizar en detalle el product backlog.
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Cuando se tienen proyectos de mucho alcance o muy grandes, no es práctico tener un montón de historias priorizadas, puntuadas, pues el desperdicio de tiempo puede ser enorme. Es por eso que se hace uso de un elemento conocido como “release”. Un “release” es el conjunto de varias historias de usuario priorizadas, estas, a su vez, se dividen en grupos a los que llamaremos “releases”.
La cantidad de historias para cada “release” va a depender del valor que las historias aporten al proyecto según el usuario. Pues bien, una vez definidos los “releases” por parte del usuario tendremos algo como en la siguiente imagen.
En la gráfica observamos que los bloques son las historias de usuario, que se organizan desde las más prioritarias hasta las historias con prioridades más bajas, divididas en “releases”.
En la imagen anterior también podemos ver que los bloques que representan las historias de usuario tienen tamaños distintos. De hecho, las historias más prioritarias tienen bloques más delgados que las historias menos prioritarias, que tienen bloques gruesos.
Esto se presenta debido a un proceso que se conoce como refinamiento de historias.
El refinamiento de historias de usuario ocurre por primera vez en la definición del product backlog y se repite iterativamente a lo largo del desarrollo del proyecto. Ya hablaremos de eso más adelante, por ahora enfoquémonos en este primer refinamiento. En esta primera vez debemos tomar las historias cuyas características nos indiquen que son muy grandes, que estimarlas será muy complicado y que deben ser divididas para poder elaborarlas. En síntesis, en eso consiste el proceso de refinamiento.
Una vez tengamos las historias de usuario redactadas, refinadas, priorizadas y divididas en “releases”, hemos hecho todos los pasos para obtener así nuestro product backlog. Con nuestro product backlog ya tenemos lo necesario para trabajar en el proyecto; sin embargo, nos falta definir un componente importante.
Este lo vamos a revisar en el próximo episodio de la serie. Nos vemos en un próximo post.