Tres retos de la banca para impactar la vida de la gente
¿Qué tan presente está la banca en nuestra vida cotidiana? La respuesta a esta pregunta es muy clara para personas que nos hemos beneficiado, o a veces hasta hemos ayudado a construir una banca más rápida, con más funcionalidades y capaz de aprovechar las últimas tecnologías.
Sin embargo, no podemos ser conformistas ni ignorar que esta banca, que se ha construído alrededor de nuestras necesidades, todavía tiene mucho por ofrecer para un porcentaje altísimo de la población que, al día de hoy, no ve en las instituciones financieras una presencia cotidiana, capaz de impactar sus vidas y mejorar sus condiciones.
Frente a la realidad que comparten tantos países de nuestra región, nuestro deber es construir soluciones conscientes de las particularidades de nuestros usuarios; potentes, no por ser las más novedosas o disruptivas, sino porque están pensadas para ser usables y en completa sintonía con las necesidades de nuestros usuarios.
A continuación quiero hablar de tres elementos que pueden orientar nuestro trabajo para construir una banca más cercana, capaz de mostrar, en cada momento, que su principal tarea es buscar mejorar la vida de la gente.
Mejorar la accesibilidad
Muchas personas en América latina se ven obligadas a salir de sus países de origen para trabajar en el extranjero para, así, ofrecerle un futuro mejor a sus familias. Sin embargo, una gran parte del dinero que llega a nuestros países como remesas no se queda en los bancos y aún hoy, en muchos países de la región, las personas que reciben estos fondos ni siquiera cuentan con una cuenta de ahorros.
Este tipo de situaciones demuestran que existe un enorme público que necesita servicios financieros y cuyas necesidades están a la espera de recibir soluciones innovadoras y sensibles a especificidades. Un ejemplo de esto es Pana, una aplicación financiera que permite a más de 60 millones de migrantes latinos en Estados Unidos hacer envíos de remesas totalmente gratis hasta los 300USD.
Este tipo de innovación, que además ayudó a bancarizar a miles de personas dentro del sistema tan exigente como es el de Estados Unidos tiene su fundamento en una comprensión profunda de las necesidades del usuario y en una búsqueda constante de eliminar obstáculos para el acceso.
Minimizar los costos para los usuarios
El éxito que hemos visto en los últimos años con las Fintech y los Neobancos se debe a que estas organizaciones se han dedicado a entender y a crear soluciones que atienden a las necesidades específicas de los usuarios.
Un ejemplo claro de lo anterior está relacionado con la enorme cantidad de personas que en nuestra región gana menos de un salario mínimo. Para estas personas, cada centavo cuenta y saber que acceder a los servicios de un banco implica entregarle al sistema aunque sea una parte mínima del dinero que ganan hace que, de entrada, los bancos sean una opción impensable.
Sabemos que reducir al mínimo este obstáculo es posible, y lo hemos comprobado con soluciones como Nequi, que en Colombia nos permitió bancarizar a más de 14 millones de personas que por uno u otro motivo nunca habían usado lo servicios de un banco y ahora envían y reciben dinero a través de una plataforma digital por la que no tienen que pagar.
Fortalecer la inclusión financiera
Alrededor del sistema bancario existen mitos que hacen que muchas personas se mantengan alejadas o, incluso, que no sepan cómo utilizarlos. La diversidad que hay en la región también nos enfrenta a barreras idiomáticas y a problemas de desigualdad como el analfabetismo que impiden que muchas personas se beneficien de servicios financieros.
En nuestra región, las personas que más necesitan oportunidades y servicios financieros también encuentran barreras que no podemos ignorar, como la falta de acceso a internet.
Construir una relación más cercana con este público es una oportunidad importante para evolucionar y construir soluciones innovadoras. Un ejemplo interesante de todo esto es Kiva, una app que surgió en 2005 en San Francisco y que actualmente opera en varios países de África, Asia y Sur América.
Kiva funciona como una plataforma de crowdfunding en la que personas de comunidades empobrecidas, que necesitan financiación para sus emprendimientos, se conectan con otras personas que buscan aportar a proyectos con un potencial transformador para las comunidades a las que benefician. De esta manera, Kiva le facilita el acceso a servicios financieros para miles de personas en más de 70 países, un logro que se basa en una estrategia simple pero que se aparta de las rutas comunes para acercarse y responder, de manera efectiva, a las necesidades de la gente.
Asumir el reto de construir una banca más accesible, capaz de incluir a una enorme variedad de personas con necesidades muy diversas es clave para mantenernos a la vanguardia del cambio y para mejorar la forma en que, desde el sector financiero, mejoramos la vida de la gente.
Este texto se construyó con base en la conferencia que tuvo lugar en el 5B Business Day en Guatemala. Aquí puedes revivir la presentación completa:
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